Friday, September 18, 2009

God doesn't play games / Dios no juega con nosotros

I’ve heard many times during my life that we should be specific when praying to God for something. And there’s some merit in that idea. But sometimes the advice to “pray specifically” is based on faulty reasoning. For example, “If you’re praying for God to send you a mate, and you have a preference for blue-eyed blondes, be sure to mention that in your prayer, or God may send you a someone else, and you won’t be as happy as you could be because you didn’t ask for your heart’s desire.” It’s like they think God is sitting up in heaven saying, “Well, I know Susan really likes dark-haired guys, but since she didn’t put that line-item on her prayer list, I’ll send her this red-haired Irish guy. If only she’d been more specific, I could have given her a better answer to her prayer.”

That sounds more like Zeus or one of the other Greco-Roman gods than it sounds like the God of Israel. The pagan deities were well known for their capriciousness and game-playing. If you didn’t do things just to the letter, they would respond like Alex Trebek on Jeopardy: “Sorry, you didn’t phrase your reponse in the form of a question.”

But the God of the Bible isn’t like that. He’s a good Father. Matthew 7:11 says, “If you, then, though you are evil, know how to give good gifts to your children, how much more will your Father in heaven give good gifts to those who ask him!” (NIV) God will give us what He knows is best for us, what we really need. We don’t have to worry that He is going to give us a second-rate answer to prayer just because we weren’t specific enough in our request.

So then, is there any value in praying specifically? I believe there is. Praying specifically forces us to really think about what we are asking God to do. It can lead us to examine our motives behind what we’re asking for. Also, I think sometimes when we pray in general terms, we don’t recognize the answer when God sends it, because it looks too much like the way things just naturally played out. But when we pray specifically, and our specific request is in agreement with the will of our heavenly Father, then when He answers our prayer to the smallest detail, we have to recognize that it was God answering, because there’s no way things happened that way on their own.

----------------------------------------------------

He escuchado varias veces en mi vida que debemos de orar específicament cuando le pedimos algo a Dios. Y la idea tiene algunos méritos. Pero a veces el consejo de “orar específicamente” está basado en razonamiento errado. Por ejemplo, “Si estás orando a Dios para mandarter tu cónyugue, y tu preferencia es aspecto güero con ojos azules, asegúrate de mencionar eso en tu oración, o tal vez Dios te va a mandar otra persona, y no vas a tener la felicidad que hubiera sido posible porque no pediste el anhelo de tu corazón.” Es como si creyeran que Dios está sentado en el cielo diciendo, “Pues, yo sé que a Susana le gustan los muchachos de pelo oscuro, pero como se le olvidó meter ese detalle en su petición, le voy a mandar este irlandés con pelo rojo. Si solamente hubiera sido más específico, pudiera haberle dado una mejor respuesta a su oración.”


Eso suena más como Zeus u otro de los dioes griegos o romanos que el Dios de Israel. Los dioses paganos se conocían por sus caprichos y juegos. Si no hiciste las cosas al pie de la letra, respondían como el animador del programa Jeopardy: “Lo siento, no pusiste tu respuesta en forma de una pregunta.”

Pero el Dios de la biblia no es así. Es un buen Padre. Mateo 7:11 dice, “Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!” Dios nos dará lo que El sabe que es mejor para nosotros, lo que realmente necesitamos. No tenemos que temer que nos va a dar una respuesta inferior a nuestra oración porque no especificamos suficiente la petición.

Entonces, ¿hay algún valor en orar especificamente? Creo que sí. Orar específicamente nos obliga a pensar con detalle de lo que estamos pidiéndo a Dios. Nos lleva a examinar los motivos detrás de nuestra petición. También, creo que a veces cuando hacemos una oración general, no reconocemos la respuesta cuando Dios la envía, porque parece que las cosas simplemente sucedieron naturalmente. Pero cuando levantamos una oración detallada, y nuestra petición específica está de acuerdo con la voluntad de nuestro Padre celestial, entonces cuando nos responde en cada detalle, tenemos que reconocer que fue Dios contestándonos, porque no hay manera que las cosas hubieran sucedido así por su propia cuenta.

No comments:

Post a Comment