Friday, November 7, 2008

A one-two punch to beat temptation

Watch and pray so that you will not fall into temptation. (Matt 26:41, NIV)

While with His disciples in the Garden of Gethsemane, Jesus gave them these instructions. These words weren't just for Peter, James, and John on the eve of Christ's crucifixion. They're useful for every believer across the ages.

If we want to overcome temptation, the first key is to watch. Now, this isn't watching in the manner of viewing a sporting event or enjoying a movie. It's watching in the sense of a night watchman, or a military guard. It's being on the lookout, alert, watchful for any intruder that would try to break in and defile the temple of the Holy Spirit.

A security guard can't let himself get comfortable or fall asleep. Neither can we in our fight against sin and temptation. When we start getting too comfortable regarding the sin that surrounds us in society, and start laughing at it or accepting it instead of being grieved and bothered by it, then we're getting comfortable, thinking everything is OK. Pretty soon we fall asleep, and the enemy of our souls is able to walk right in without our noticing. Or we get self-assured and cocky, thinking we have it all under control because we haven't fallen to a particular temptation in some time, and we let down our guard and start to let things come closer than we should. In either case, when we fail to be vigilant, it's like leaving the car door open with the keys in the ignition. We're just asking for the thief to do his work.

We also need to be watchful for temptations to which we've fallen before, and circumstances under which we're more prone to falling. When we sense that we're in a similar situation to one where we've failed before, we need to raise our terrorist alert level a couple of notches. Satan usually attacks again where he's had success in the past. Why bother spending his creative energies on a new, exotic temptation when it's much easier to hit us where he caught us the last time? But if we recognize the specific things we're vulnerable to, and the specific circunstances under which we're more exposed, we can be prepared.

The second key is to pray. We need to pray that God will help us to recognize the attacks when they come, since Satan usually disguises sin in nice-looking clothes. We need to pray for God to strenghten our faith, which is our shield to deflect the fiery darts being thrown at us. We need to pray for him to make our feet swift so we can flee from evil. We pray for God to reveal to us the way of escape that He has already provided, and to help us to walk through that emergency exit.
With this one-two punch God has provided us, we can knock temptation down and walk away victorious in Christ.

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Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. (Mateo 26:41, NVI)

Estando con sus discípulos en el Jardín de Getsemaní, Jesús dio estas instrucciones. Estas palabras no eran solamente para Pedro, Jacobo, y Juan la noche antes de la crucificción. Son útiles para todos los creyentes en todos los siglos.

Si queremos vencer la tentación, el primer paso es estar alerta. Es el trabajo de un agente de vigilancia, o de una guardia militar. Es estar atento, alerta, buscando cualquier actividad de un intruso que intentaría entrar y deshonrar el templo del Espíritu Santo.

Una guardia de seguridad no puede dejarse estar cómodo o quedar dormido. Tampoco nosotros en nuestra lucha contra el pecado y la tentación. Cuando empezamos a estar demasiado cómodos en cuanto al pecado que nos rodea en esta sociedad, y empezamos a reirnos de ello o aceptarlo en lugar de que nos moleste o que lloramos por ellos, entonces nos estamos poniendo cómodos, pensando que todo está bien. Muy pronto nos dormimos, y el enemigo de nuestra alma puede entrar con libertad sin que nosotros nos demos cuenta. O nos sentimos muy seguros y orgullosos, pensando que tenemos todo bajo control porque no hemos caido en cierta tentación por mucho tiempo, y bajamos la guardia y dejamos que cosas se acercan a nosotros más de lo que deben. En los dos casos, cuando somos negligentes en vigilar, es como dejar la puerta del carro abierto con las llaves puestas. Estamos dando una invitación al ladrón a entrar y hacer su trabajo.

También necesitamos estar vigilando para tentaciones en las cuales hemos caido antes, y para circunstancias donde estamos más propensos a caer. Cuando sentimos que estamos en un situación similar a una donde hemos caido antes, hay que subir la alerta de terrorismo un par de colores. Satanás usualmente ataca otra vez donde ha tenido éxito en el pasado. ¿Para qué gastar su energía creativa inventando una nueva, exótica tentación cuando es tan fácil golpearnos en el punto donde nos hizo tropezar la vez pasada? Pero si reconocemos la cosas específicas a las cuales somos vulnerables, y las circunstancias precisas cuando estamos más expuestos, podemos estar preparados.

El segundo paso es orar. Oramos pidiendo a Dios que nos ayude a reconocer los ataques cuando vienen, porque el diablo usualmente disfraza el pecado en ropa bonita. Necesitamos orar para que Dios aumente nuestra fe, que es nuestro escudo para apagar flechas encendidas que son lanzadas en nuestra dirección. Debemos orar para que el Señor nos dé rapidez para huir del maldad. Oramos que Dios nos revele la vía de escape que él ya ha provisto, y que nos ayude a caminar por esa salida de emergencia.

Con esta combinación uno-dos, podemos noquear la tentación y salir victoriosos en Cristo.

Tuesday, November 4, 2008

Why bother? It's hopeless.

While Jesus was still speaking, some men came from the house of Jairus, the synagogue ruler. "Your daughter is dead," they said. "Why bother the teacher any more?" (ark 5:35, NIV)

Your spouse is no longer willing to work on your marriage. You might as well just look for an attorney.

You've tried praying and reading the Bible, but you just can't shake the depression. You might as well end it all.

You've gone to a support group, been in rehab, and you still can't shake that addiction. Might as well just quit fighting.

You've sought counseling and prayed, but you still have those desires for illicit sexual activity.
Why not just live that lifestyle? After all, it seems to be an inescapable part of who you are.

But let's read the next verse: Ignoring what they said, Jesus told the synagogue ruler, "Don't be afraid; just believe." And just a few verses later, Jesus steps into the middle of a hopeless, impossible situation and restores hope by showing that all things are possible with God.

Don't give up. Keep plugging away and doing your part. Don't be afraid; just believe. You'll be surprised at how the impossible becomes possible when Jesus steps into the room.

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¿Por qué seguir? No hay esperanza.

Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos hombres de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: —Tu hija ha muerto. ¿Para qué sigues molestando al Maestro? (Marcos 5:35, NVI)

Tu conyugue ya no está dispuesto(a) a trabajar para que funcione el matrimonio. Mejor buscarte un abogado.

Has orado y leido la biblia, pero no puedes deshacerte de esa depresión. ¿Por qué no terminarlo todo?

Has asistido a un grupop de apoyo, has estado en rehabilitación, y todavía no puedes escapar de la adicción. Más vale rendirte.

Has buscado consejo y orado, pero no se te quitan esos deseos sexuales. ¿Por qué no aceptarlo y vivir ese estilo de vida? Después de todo, para ser parte de como fuiste creado.

Pero leiamos el siguiente verso: Sin hacer caso de la noticia, Jesús le dijo al jefe de la sinagoga: —No tengas miedo; cree nada más. Y unos cuantos versos después, Jesús entra en medio de una situación imposible y sin esperanza, y restaura le esperanza demostrando que todo es posible con Dios.

No te rindas. Sigue esforzándote y poniendo de tu parte. No tengas miedo; cree nada más. Te sorprenderás como lo imposible se vuelve posible cuando Jesús entra en el cuarto.