I enjoyed Mark Batterson's book In A Pit With A Lion On A Snowy Day, so last Friday I picked up his newest, Wild Goose Chase. I took it to church with me Sunday, figuring I would start reading after service, since my wife, being the bookkeeper at the Spanish church, usually has to hang around for a while to deal with office stuff. After I got Briana and Abby in the van, I grabbed the book and started reading.
Chapter 1 starts with a quote from Helen Keller: Life is either a daring adventure, or nothing.
For lunch, we went to a new Chinese buffet with some friends to celebrate their daughter's 9th birthday. At the end of the meal, I got my fortune cookie and craked it open. Want to guess what was on the little slip of paper? Life is either a daring adventure, or nothing.
Now, I realize that most sayings in fortune cookies are nice platitudes that can apply to almost anyone. I can't think of a single cookie slip I've read that I couldn't apply to myself in some aspect. But out of the hundreds of quotes they put in those cokies, and out of the 30 or so that were in the bowl I grabbed it from, for that to be the one I opened -- to read the same message twice in under 3 hours. You may call it coincidence. But it's been my experience that God is very skilled at setting up "coincidences" in our lives.
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¿Dios hablará a través de una galleta de fortuna china?
Disfruté mucho el libro In A Pit With A Lion On A Snowy Day, escrito por Mark Batterson, así que el viernes pasado compré Wild Goose Chase, su nuevo libro. Lo llevé conmigo a la iglesia el domingo, pensando que lo empezaría después del servicio, porque mi esposa es la contadora de la iglesia hispana a la cual asistimos, y normalmente tiene que quedarse un rato con asuntos de la oficina. Después de subir a Briana y Abby a la camioneta, agarré el libro y comencé a leer.
El primer capítulo arranca con un dicho de Helen Keller: O la vida es una aventura atrevida, o no es nada.
Fuimos a un nuevo buffet chino para almorzar y celebrar el cumpleaños de la hija de unos amigos. Al terminar la comida, agarré una galleta de fortuna y la abrí. ¿Quieres adivinar que decía el papelito? O la vida es una aventura atrevida, o no es nada.
Reconozco que la mayoría de los papelitos en las galletas chinas son dichos que se pueden aplicar a cualquier persona. No recuerdo nigún papelito que he leido que no podía aplicar a mi propia vida en algún aspecto. Pero de los centenares de dichos que meten en las galletas, y de los 30 o más galletas que estaban en el plato de donde la agarré, para que la que yo abrí dijera eso -- para leer el mismo mensaje en menos de tres horas. Tal vez tú lo llamas casualidad. Pero es mi experiencia que Dios es muy hábil para arreglar "casualidades" en nuestras vidas.